LA BICICLETA CON ALAS
La bicicleta un día va a volar.
La bicicleta de todos.
Ya lo verán.
Le están saliendo las alas.
Son de verdad.
El niño quiere que vuele,
y volará.
El niño irá por el aire
a comprar el pan;
dará una vuelta al campanario
de paloma y de cal.
El niño y la paloma
sobre la ciudad.
El niño acompañando al ganso blanco
Eso se verá.
Le están saliendo las alas.
Ven a mirar.
Mira como el lirio de los campos.
No pienses mal.
Las alas tienen miedo de algo.
Salen y vuelven a entrar.
Miedo de nosotros,
quizás.
Tan pronto los hombres
ganen la paz,
la bicicleta de todos volará.
La que duerme en la puerta de los cines
volará.
La del cartero
volará.
La de la reina Guillermina,
volará.
La mía y -la tuya-
volará.
Por arriba del humo y los cables
me verás.
La bicicleta tendrá un solo nombre:
Libertad.
El ángel de las aguas
ya no se irá.
Calle ancha del cielo
para mirar.
Flores que nunca vimos
aquí, allá.
Habrá tiempo para mirar.
Cuánto tiempo perdido,
ay!
Tan pronto los hombres
dejen de guerrear,
la bicicleta del mundo
volará.
Todos los pueblos tendrán un velódromo
donde los niños correrán.
De alli alzarán el vuelo.
Darán una vuelta sobre el mar.
Si no lo hubiera
sobre el trigal;
irán donde lo hayan y volverán.
Ir y volver
será como cantar.
Porque la bicicleta tendrá alas de verdad.
La del cartero, la de la reina Guillermina.
Nadie se caerá.
Todo es cuestión que los hombres
ganen la paz.
Poema de José Pedroni (argentino)
La bicicleta de todos.
Ya lo verán.
Le están saliendo las alas.
Son de verdad.
El niño quiere que vuele,
y volará.
El niño irá por el aire
a comprar el pan;
dará una vuelta al campanario
de paloma y de cal.
El niño y la paloma
sobre la ciudad.
El niño acompañando al ganso blanco
Eso se verá.
Le están saliendo las alas.
Ven a mirar.
Mira como el lirio de los campos.
No pienses mal.
Las alas tienen miedo de algo.
Salen y vuelven a entrar.
Miedo de nosotros,
quizás.
Tan pronto los hombres
ganen la paz,
la bicicleta de todos volará.
La que duerme en la puerta de los cines
volará.
La del cartero
volará.
La de la reina Guillermina,
volará.
La mía y -la tuya-
volará.
Por arriba del humo y los cables
me verás.
La bicicleta tendrá un solo nombre:
Libertad.
El ángel de las aguas
ya no se irá.
Calle ancha del cielo
para mirar.
Flores que nunca vimos
aquí, allá.
Habrá tiempo para mirar.
Cuánto tiempo perdido,
ay!
Tan pronto los hombres
dejen de guerrear,
la bicicleta del mundo
volará.
Todos los pueblos tendrán un velódromo
donde los niños correrán.
De alli alzarán el vuelo.
Darán una vuelta sobre el mar.
Si no lo hubiera
sobre el trigal;
irán donde lo hayan y volverán.
Ir y volver
será como cantar.
Porque la bicicleta tendrá alas de verdad.
La del cartero, la de la reina Guillermina.
Nadie se caerá.
Todo es cuestión que los hombres
ganen la paz.
Poema de José Pedroni (argentino)
En la zona de la colonia piamontesa, la bicicleta es y fue parte de la vida de todos.
Ricos y pobres, jóvenes y viejos, hombres y mujeres.
José Pedroni, nuestro poeta injustamente olvidado, nos regala una hermosa metáfora, conocedor que fuera de la importancia de la bicicleta.
La he tomado prestada para recordar al bisabuelo de mi nieto: mi suegro, que, después de pedalear más de 8 décadas, ha dejado su bicicleta el martes pasado para cambiarla por una bicicleta con alas.
Como homenaje a todos los colonos, que "hicieron la América" pedaleando bajo el sol, la lluvia, con o sin caminos y quizá soñando con un caballo, lujo que alguna vez se dio.
6 Comments:
Que tenga un buen vuelo.
Seguro que allá donde esté, se sentirá orgulloso de estas palabras que le has dedicado.
Yo lo haría.
Un beso
dani, me has hecho pensar en Pedroni.
Este poeta, que vivió en un pueblo de inmigrantes, y trabajó en una empresa como contador, publicó sus poemas en vida, y fue duramente censurado.
Ahora que lo dices, me doy cuenta que tras ese "oscuro" (de perfil bajo dirían ahora) poeta de pueblo que cantaba a los inmigrantes, hay demás una persona consciente de otras realidades.
Lo has dicho en pocas y precisas palabras: este poema es...un himno a la libertad.
Releeré su obra, ahora con otra visión.
Gracias ;)
Un abrazo
Dani,
De algún rincón de mi memoria salió esta poesía cuando vi la bici sin el abuelo...era de imaginar: Pedroni, es mucho Pedroni.
Va otro, de su libro de poemas comprado por centavos en una mesa de ofertas:
Plancha
Tenía algo de barca viajero
Y carbonero
Viajaba de la mano de
Un angel timonero.
El mar era una mesa.
La mesa era de pino.
Las olas eran blancas o de un azul marino.
Un humo dulce a veces echaba por
El cielo.
No parecía humo, más bien,
Un pañuelo.
Era cuando esperaba, cuando
Por mar o por rio
Lievaba el sueño a bordo por el pais
Del frio.
Que sola aquella plancha, viajera
Y carbonera,
Que calentó los pies del angel de la espera.
No se cansaba nunca de viajar.
Pero un dia
Perdiose en la neblina. Vimos que
No volvia.
Dejó estampada a fuego
Su sombra protectora.
Está en la mesa grande donde se come
Y llora.
dani:
la página de tu amigo me gustó muchísimo - a primera vista, y ya se sabe que es la que vale - la planchadora de Louis-Léopold Boille me ha llamado la atención: es "feminista" aunque el término no me gusta -.
Te explico: la muchacha está dedicada a "viles tareas domésticas" (je) pero su postura delata que sabe bien que está lejos de sera objeto doméstico -.
Gracias y a todos los que intentéis ver tal blog, me permito corregir un pequeño error de tipeo:
http://www.laclaraboya.blogspot.com/ (sin la "l")
Anécdota del cajón de la abuela: cuando llegó la electricidad y se reemplazaron las planchas de carbón por las eléctricas, era común colocar el tomacorriente en el techo.
Esto parece gracioso, pero para el/la planchador/a , es la forma más eficiente de evitar enredar el cable con las prendas, o la misma plancha. ;)
José Pedroni falleció en Esperanza, provincia de Santa Fe, Argentina, en 1968.
hola!
buscaba una imagen de una bicicleta con alas y por eso di con tu blog. un gusto!
es tuya la pintura?
saludos,
karlatone
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